He aprendido a querer. Mi forma de querer es peculiar, supongo. Me gusta querer en silencio, de lejos. Me quiero a mí de tal forma que no me quiero hacer daño, de tal forma que me admiro poco a poco y disfrutándome. Y quiero a los demás igual, sin hacer daño, admirando, disfrutando, de lejitos. Quiero pronto, porque pronto cojo confianza, aunque no diga "te quiero" ya lo siento desde hace tiempo. Quiero sin prisa, porque tengo toda la vida para querer, quiero con el alma entera y con el corazón. Y hay gente que tiene miedo cuando digo "te quiero" pero yo lo digo por bien, eso es bueno, no está feo. Quiero porque es sano querer, me gusta, aunque no me quieran, yo soy feliz queriendo. Yo digo "te quiero" pero eso es muchas cosas, quiero a alguien a quien he cogido cariño, puedo dejar de querer si me hacen daño, quiero con poco, quiero a lo loco.
He aprendido a querer de tal forma que quiero lo suficiente, nunca de menos, nunca de más. Ahora quiero de una forma que no hace daño, quiero siendo consciente, quiero sabiendo querer, lo suficiente para no hacer daño y para no dañarme a mí. Perdonadme si os digo "te quiero" y os sentís mal, no, yo estoy bien, estoy perfecta, no os quiero de más, y perdonadme si no os digo nunca "te quiero", no os sintáis mal tampoco, porque yo quiero en bajito, me gusta demostrarlo aunque no lo diga y ese suele ser más querer del que os imagináis.
Sé lo que quiero y cómo lo quiero, sé que quererme a mí es más importante, sé que querer lo justo, suficiente y necesario es sabio, sé que quiero bien, quiero!!

No hay comentarios:
Publicar un comentario