domingo, 27 de noviembre de 2016
Cuando conoces a alguien te cae mal o bien. Normalmente desde un primer momento (yo) me hago una idea de la persona con la que cruzo unas primeras palabras y con poco ya veo si me gusta o no, no hablamos exactamente de prejuicios, sólo de análisis. También veo si yo a esa persona le intereso algo, poco, nada, mucho, y veo sus intenciones. Eso se sabe por cómo te tratan (y por cómo tratas). A mi, aunque alguien no me caiga del todo bien, o no sea una persona que me interese, siempre intento que la conversación fluya, intento interesarme, conocer nunca está de más, puedes encontrar a alguien maravilloso. Cierto es que cuando ves que algo no funciona, como en una relación de pareja o amistad etc, hay que cortar por lo sano. Tanto si es uno mismo el que no se siente cómodo con la persona en cuestión o como si es la otra persona la que no se siente cómoda. Desde luego dos no hacen nada si uno no quiere. Es un poco triste pensarlo así, pero seamos sinceros, no se pueden forzar situaciones de este tipo porque no, porque es incómodo, es siempre un error tratar de hablar con alguien que no quiere hablar contigo, o que alguien al que no acabas de tragar por mucho que lo intentes quiera llevarse bien (que yo soy partidaria de hacer el esfuerzo e intentarlo siempre un par de veces), es mejor hacer la vista gorda, vamos a estar ahí pero ausentes. Pues eso, sobretodo cuando somos nosotros esa persona con la que alguien no se siente cómodo, es mejor escabullirnos sutil y silenciosamente, si ya lo hemos intentado, no podemos forzar a nadie, no vamos a caerle bien a todo el mundo, si cambian de opinión ellos y quieren intentar conocerte, que lo hagan, mientras tanto, muy buenas.
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