El amor de los niños es el más puro y sincero, es un amor limpio y verdadero de besos y abrazos inocentes que un día se irán para volver jamás. Un día se van, sin más, cuando el niño se hace hombre, así sin avisar. Y ya no aprecia lo que antes amaba, ya no ama igual a nada ni a nadie, se va y ya está. Piensa en otras cosas, crece, y un día se le da por querer amar, busca una persona que comparta el sentimiento, busca, ahora quiere lo que ha tenido y ya no está. Puede amar, y amará de nuevo, quien le haga sentir como un niño en el juego, el del amor libre y verdadero.

No hay comentarios:
Publicar un comentario