viernes, 17 de mayo de 2013

Si me quedo sin el sentido de la vista, no me importa, porque la música no se ve. Si me quedo sin el sentido del olfato, me da igual, porque la música no se huele. Si me quedo sin el sentido del gusto, no me preocupa,  porque la música no se saborea. Si me quedo sin el sentido del tacto, me fastidia, ya que no podré volver a tocar las cuerdas de una guitarra, ni las teclas de un piano, pero si me quedo sin audición, qué será de mi? Ya no podré escuchar melodías encantadoras, ya no podré disfrutar de un concierto abrumador, ya no podré alegrar mis buenos días ni deprimir mis horas más oscuras, ya no podré disfrutar de la vida igual...

No hay comentarios:

Publicar un comentario